Pensemos por un momento: En estos últimos años, ¿Cuántas veces hemos
escuchado estas frases: “Este es tu tiempo”, “Este es el tiempo de la mujer”,
“Este es el tiempo en donde Dios va a comenzar a usarte”?... Y obviamente todas decimos AMEN!!! (Una
siempre espera ese momento. Quizá hace
tiempo que estás preparándote para que llegue ese día).
Pero si este es un tiempo para nosotras, entonces debemos preguntarnos:
¿Qué es lo que Dios espera de mi?, ¿Cual es su deseo para mí?, ¿Cuáles son sus
planes para mí como mujer hoy?
Firmemente creo que sí, que este es un tiempo especial para las mujeres
de Dios. (Aunque no es solo nuestro tiempo; sino que el de toda Su Iglesia), no
obstante, lo que quiero marcar es que nosotras -en este tiempo- tendremos un
precioso papel que Dios no da a desempeñar.
“Dios quiere manifestar su Gloria en mi”
(Mientras voy escribiendo, digo un fuerte Amén
a esto!!!)
Por eso,
mis queridas hermanas, no desaprovechemos esta nueva Gloria y nueva Unción que
el Señor está derramando sobre nosotras.
Lo que hay que tener en cuenta es que, (antes
de ver esa Gloria notable manifestada en mi), 3 cosas deben pasar:
- LAS MALDICIONES DEBEN ROMPERSE
- .
Prestemos
mucha atención a esto: Cuando Dios decidió crearnos, su idea era
bendecirnos. Es más, a penas terminó de
crearnos, “Nos bendijo”.
Gén 1:27 “Y creó Dios al hombre…”
Vs 28 “Y los
bendijo Dios…”
Seguramente podrás ver que muchas cosas no te
son de bendición, todo lo contrario, sino que vemos que a veces hay maldición,
heredada por ancestros, por negligencia nuestra, por pecados, etc.
Pero
volvamos al principio Génesis 1:26-28 “los bendijo…”
Cuando satanás vio que todo era
bendición para nosotros, hizo un plan para revertir eso y lograr que venga
maldición. Como ya sabemos, lo que hizo fue convencer a la humanidad a que
desobedeciera a Dios para que caiga maldición sobre nosotros.
Por
eso tuvo que aparecer Jesús…
<Él legalmente deshizo la maldición en la Cruz del Calvario, derramando gotas de sangre santa, sin mancha ni pecado, estas eran las
que iban quemando, desasiendo, destruyendo tooooda la maldición que x causa de
mi pecado me había alcanzado. Todo esto el Señor lo hizo por amor… porque desde el principio me amó. Lo hizo por mi y lo hizo x vos>
Entonces,
¿Cómo hago para que se rompan las maldiciones?
Tengo que correr a Jesús, pedirle que
me las quite y dejar que su sangre limpie,
mi mente, mi cuerpo, que limpie
lo profundo de mi corazón, que sane mi alma.
Una vez
destruidas las maldiciones, ya no debo temer porque satanás no puede maldecirte
si Dios te bendijo, su maldición no es efectiva ante la bendición de Dios.
Génesis 15:1
“yo soy tu escudo no temas…”
¡¡Mis queridas hermanas no teman, el
Señor es tu escudo ante toda maldición que pudieron haber soltado sobre tu
vida!!
- TENER UN NUEVO CORAZÓN.
Eze 18:31 Echad de vosotros todas vuestras
transgresiones con que habéis pecado, y
haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
Dios no puede derramar de Su Poder en odres viejos, Su Gloria
no puede usarnos si no tenemos un nuevo corazón. No podemos pretender servir
con unción si sigo siendo la misma persona de antes, con las mismas costumbres,
los mismos sentimientos, las mismas actitudes…
no puedo pretender querer cambiar a mi familia, a mis hijos, esposo si no tengo
un nuevo corazón.
Las que estamos en el servicio ya sea pastoreando, liderando ó
trabajando en algún área no puedo pretender cambiar a las mujeres de mi iglesia si verdaderamente no tengo un nuevo
corazón.
Dice la Palabra de Dios.
Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
y yo os haré descansar.
<Para todas las que creen en Jesús y
tienen tiempo de cristianas, quizá algunas cosas se les ha hecho muy difíciles,
y volvieron a caer… quiero decirles que Dios en su gran amor y misericordia hoy
les dice…
Ezequiel 36: 26 y
pondré en ustedes un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
Pro
24:16 Porque
siete veces cae el justo, y vuelve a
levantarse.
La
versión BLS dice: No importa cuántas veces caiga, siempre se levantará!!!!
- CONTÍNUA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO.
Efe 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, (en el original, el verbo está en
presente continuo… “sigan llenándose”)
Necesito
llenarme continuamente de la presencia de Dios, nada puedo lograr sin la llenura
de Su presencia.
Cuando
estoy llena de Dios estoy apta para poder actuar, para tomar decisiones
correctas, para intentar de nuevo y lograr la restauración de mi matrimonio, la
relación con mis hijos, para servir eficazmente en la obra del Señor.
Dios busca
mujeres llenas de Su presencia!
Cuando estas 3 cosas sucedan en nosotras:
- Maldiciones rotas.
- Un nuevo corazón.
- Una continua llenura del Espíritu Santo.
¡¡¡Se viene la manifestación del poder de Dios en
mi, en ti; en todas nosotras!!!
Pastora Andy d' Salazar